¡Bienvenidos al blog!

Tener un empleo es como estar en una relación. Al principio todo es tan bello y agradable, pero poco a poco caemos en la rutina y la monotonía.
Este es un blog con ideas para mejorar la relación que llevas con tu empleo y todo lo que eso significa. Aquí habrá siempre un "Consejero Laboral" listo para ayudarte en los momentos de crisis, darte ideas para mejorar tu desempeño y hacerte explotar el potencial para brillar en tu lugar de trabajo.
Tus comentarios y sugerencias de temas son bien recibidos.
¡Bienvenidos!

miércoles, 20 de octubre de 2010

La Discreción: Una decisión personal

Rosita y las Joyas (basado en una historia real)

- "No puedo creerlo - pensó Laura mientras caminaba hacia su escritorio - el muy hipócrita acaba de pararse la semana pasada ante todos los empleados y se jactó de sus altos valores morales y de la importancia de la familia"
- "¿Por qué esa cara, Laura?" -le dijo Carmen al encontrársela de frente en el pasillo.
- "Nada -respondió ella- son cosas que uno piensa y que a veces es mejor no decirlas"
- "Al contrario -presionó Carmen- uno necesita desahogarse, hacer catársis.  Puedes confiar en mí, pero eso tú  ya lo sabes"
- "No sé, lo voy a pensar.  Nos vemos a la hora de almuerzo y allí te cuento"

Carmen, como cosa rara, salió cinco minutos antes de su hora de almuerzo para que Laura no se sentara con nadie más y la dejara con la curiosidad.
- "Laurita, ya te compré el almuerzo" -la llamó Carmen.
- "Gracias Carmen. Te voy a contar lo que sucedió si me prometes no contarle a nadie"
- "Por supuesto, Laura, palabra de niña exploradora" -prometió Carmen
- "Está bien, ya no aguanto con esto yo sola -dijo Laura con un aire de desahogo- Fíjate que fui a dejar unos cheques al escritorio de don Luis Mejía, el Gerente General y encontré una notita medio escodida en su escritorio.  Era de Rosita su secretaria... Permíteme, Carmen, ahora regreso, voy a ir por un poco de salsa"
- "No, Laura, cómete la mía y sigue contándome, ¿qué decía la nota?"
- "Ay Carmencita, ya me está entrando la duda si contarte o no... pero voy a confiar en tí -continuó Laura un poco desconfiada- Pues la nota decía: 'Nos vemos en la joyería, gracias por pensar en mí'. Yo estoy segura de que andan juntos, ¿no crees?".
- "Tienes razón, si no por qué le compraría joyas -dijo Carmen con los ojos abiertos del asombro- Y quien lo miraba tan santito."
- "Por favor Carmen, no le digas a nadie, estoy confiando en ti, recuérdalo." Laura se veía nerviosa, algo le decía que no debió haber compartido esa información con Carmen.
- "No te preocupes, Laura.  Ya te dije que soy una tumba."

Esa misma tarde, Carmen llamó a su gran amiga Ana en Sistemas y le contó lo sucedido.  Por supuesto le rogó que no le contara a nadie, que solo necesitaba desahogarse y le agregó que de seguro y era un collar de perlas, porque ella se había dado cuenta que a Rosita le gustaban las perlas.
Indignada, Ana se lo dijo a María en Contabilidad, agregando su propio comentario de que cómo era posible que don Luis no le había querido aumentar el sueldo a ella pero sí tenía dinero para andar comprándole joyas a su secretaria.
María a su vez le contó a doña Magda de la cafetería, quién se lo comentó a la mitad de los empleados que almorzaron allí ese día, incluyendo a Nancy, la secretaria del Gerente de Recursos Humanos.
Nancy pensó que era necesario comentárselo a su jefe quién a su vez lo escaló a la Junta Directiva de la empresa. Al enterarse de esto, enviaron a alguien a revisar el escritorio de don Luis y allí encontraron la notita de Rosita.

Al día siguiente Rosita fue llamada a una reunión con el Gerente de Recursos Humanos y sin mayor explicación este le agradeció por su trabajo, ya que siempre había sido una excelente trabajadora, y la despidió.  Por más que lo pensaba y lo reflexionaba, Rosita no pudo pensar en ninguna situación que pudiera causar su despido.

Luego, al llegar don Luis a la oficina, la Junta Directiva lo estaba esperando para hablar con él.  Siendo una empresa familiar todos estaban muy preocupados por la imagen de la empresa pero habían decidido darle una oportunidad a don Luis con la salvedad de que tenía que terminar su relación con Rosita.
Al entrar a la sala de reuniones, todos lo veían con caras serias.  Le pidieron que se sentara y le pusieron frente a él la notita de Rosita.  A pesar de que el papel se veía arrugado por tanta manipulación, el mensaje se leía claramente: "Lo espero en la joyería.  Gracias por pensar en mí.  Rosita".  Don Luis intuyó inmediatamente lo que venía a continuación y pacientemente escuchó lo que cada uno de los miembros de la junta le dijo.  Al final le pidieron dar su version de los hechos y don Luis sacó de su bolsillo la copia de una nota de entrega de la joyería y la puso sobre la mesa.  Esta decía: "Nota de entrega de joyería para la Señora Cintia de Mejía.  Entregar el día de mañana a las 4 PM en su casa de habitación.  Incluir el siguiente mensaje en la tarjeta del regalo: Para el amor de mi vida.  Gracias por estos hermosos 15 años de matrimonio.  Te amaré siempre.  Tu esposo, Luis." 
Luis no tuvo que aclarar nada, Rosita lo había ayudado a escoger el regalo de aniversario para su esposa y en la nota solo estaba agradeciéndole por permitirle ayudarle.

La historia de Rosita es más común de lo que podríamos imaginar.  Muchas personas han sido perjudicadas por la lengua de otras, ya sea que las situaciones sean ciertas o solo meras suposiciones, es más, muchos de nosotros hemos sido víctimas de personas indiscretas y chismosas.  

La discreción es sinónimo de prudencia y reserva.  Este es un valor que va de la mano con la confidencialidad y la integridad. Se reconoce en el mundo de los negocios como un valor de empleados de confianza y de alto nivel ético.

Ahora viene la parte difícil, el ver honestamente como está nuestro nivel de discresión.  Hagamos un auto-análisis: ¿cuándo fue la última vez que se me confió o descubrí información confidencial o delicada? ¿Me guardé dicha información solo para mí o la compartí con por lo menos una persona? ¿Si el asunto que descubrí me incomodaba, abordé a la persona directamente antes de comentarlo con alguien más? ¿Si  me pararan frente a todos los empleados de la empresa, podría decir honestamente que nunca he revelado información confidencial o hablado de cualquier situación de algún otro empleado que requiriera de mi discreción? ¿Me atrevería a preguntar a todos si soy considerada una persona de confianza?

Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.  Yo no podría tirarla. Cada uno de nosotros ha sentido el deseo de compartir algo confidencial y posiblemente lo ha hecho, pero no me dejarán mentir que el sentimiento que viene después de hablar con alguien del asunto es incómodo y molesto.  Esto es porque la información de carácter confidencial es tan delicada que podría afectar permanentemente la vida de una persona o la situación de una empresa.

Cuidemos lo que decimos.  El cerebro es muy rápido, pero parece que la lengua es aún más rápida y tendemos a utilizarla sin pensar en las consecuencias.  La próxima vez que vayamos a decir algo confidencial o hablar de la situación delicada de otra persona detengámonos un momento y preguntémonos si perjudicaremos a alguien al compartir la información,  si la estamos diciendo solo para quitarnos la 'espinita' y pensemos seriamente en cuáles serán las consecuencias de nuestras palabras.

Cada uno de  nosotros puede hacer la diferencia.  Si nos guardamos para nosotros la información delicada y no participamos en las pláticas que incluyen dicha información ayudaremos a mantener un ambiente agradable en el trabajo y a disminuir los malos entendidos y las situaciones como la que le sucedió a Rosita.

Nota sobre la historia de Rosita: 
Rosita es ahora una Gerente de Recursos Humanos muy exitosa.  Laura sigue en el mismo puesto que cuando Rosita se fue de la empresa.  Don Luis sigue felizmente casado y es ahora parte de la Junta Directiva de la empresa.





lunes, 18 de octubre de 2010

Respuestas prohibidas durante una entrevista de trabajo (algunas en broma, otras en serio)

Respuestas prohibidas durante una entrevista de trabajo:
  • Do you speak English?: Yes I "am", Sir (léase con acento inglés)
  • ¿Cuáles son sus habilidades?: Sé jugar billar muy bien
  • ¿Puede presentarse a trabajar mañana? Yo creo que sí, sólo tengo que consultarlo con mi mamá (abuelita o esposa también cuentan)
  • Hábleme de sus estudios universitarios: Estudié periodismo un año, luego me pasé a literatura un semestre, después decidí que mejor seguía arquitectura y estudié otro semestre más.  El año pasado estudié un año de leyes y ahora estoy recibiendo un curso de tarjetas navideñas.
  • ¿Cuál es su peor defecto? Soy muy perfeccionista (por alguna razón la gente cree que ese defecto es el que suena más bonito)
  • ¿Por qué dejó su último empleo? Porque no me dejaban hacer las cosas como a mí me gustaban
  • ¿Cuáles son sus aspiraciones laborales en esta empresa? Llegar al puesto que tiene usted
  • ¿Tiene alguna pregunta? Sí, ¿cuándo puedo empezar a tomar vacaciones?
  • ¿Cómo lo describiría su último jefe? Antes de contestarle, ¿lo va a llamar para confirmar mi respuesta?
  • ¿Qué le gustaba más de su último empleo? De seguro no era mi jefa, ¡la muy inconsciente me despidió!
  • ¿Qué piensa del acoso sexual en el trabajo? Que algunas mujeres se lo toman muy en serio ¿no cree mamaíta?
  • ¿Por qué quiere trabajar con nosotros? Porque no he logrado que me contraten en ningún otro lado
  • ¿Por qué deberíamos contratarlo? Necesito el dinero para pagar mis deudas de juego
  • ¿Cómo demostraría usted su lealtad a esta empresa? Me tatuaría el logo de la empresa en el brazo
  • ¿Cómo están sus relaciones interpersonales en el trabajo? Siempre y cuando no me fastidien, todo está bien
Algunas de estas respuestas pueden parecer graciosas pero en su mayoría son verdaderas.  Aquí les dejo unos tips para no fallar durante una entrevista de trabajo.
  1. Llega a tiempo.  No importa si vayas en carro, bus o caminando, calcula tu tiempo para llegar 45 minutos o una hora antes.  Si algo sucede, es casi seguro que llegarás a tiempo, y si todo sale bien tendrás tiempo para relajarte y pensar un poco más en lo que contestarás. Si definitivamente vas a llegar tarde, llama a tu entrevistador y discúlpate dando la razón del retraso.
  2. Enfoca tus respuestas de forma positiva.  No es lo mismo decir "no me gustaba mi trabajo anterior porque no veía un buen futuro con ellos" que decir "habían muchas cosas que me gustaban de mi trabajo, sin embargo no me ofrecían oportunidades de crecimiento".
  3. Averigua todo lo que puedas sobre la empresa donde te entrevistarán.  El saber esto te hará responder de mejor manera a preguntas como por qué te gustaría trabajar en esa empresa.
  4. Piensa de antemano lo que contestarás si te preguntan por tus metas a corto y largo plazo.  Los empleadores generalmente esperan respuestas relacionadas al puesto de trabajo o tu vida profesional, no cosas como "llegar a ser un jugador de fútbol profesional" - a menos que estés solicitando entrar a un equipo de fútbol, por supuesto.
  5. Si tu empleador te pregunta por tus fortalezas, discute dos o tres de ellas (reales, es decir cosas que  ya eres, no que quisieras llegar a ser) y da ejemplos de cómo esas fortalezas te han ayudado en tus otros empleos.
  6. Si te preguntan sobre tus debilidades, sé honesto (pero no demasiado) y habla de una de tus debilidades explicando cuál es la estrategia que estás utilizando para mejorar en ese aspecto.  Por ejemplo, una de mis debilidades es que soy muy impulsiva, regularmente cometo errores por hacer las cosas rápido.  Mi estrategia es siempre chequear dos o tres veces todo lo que hago para evitar los errores. 
  7. No mientas. Especialmente ten cuidado con respuestas como "Yo dupliqué las ventas del año en mi empresa" La mayoría de veces, si no es que todas, la compañía se pondrá en contacto con tus antiguos empleadores y ellos hablarán la verdad sobre tí.  Además si no sabes la respuesta a alguna de las preguntas, admite no saberla y dí que puedes buscar una respuesta o solución si se te permite (por ejemplo si tendrás una segunda entrevista).
  8. Sé tú mismo, pero mantén el control de tus emociones. Una amiga me contaba de una persona que lloró durante una entrevista de trabajo, haciendo de ésta una situación muy incómoda.  Lo mismo se aplica a las bromas pesadas, sarcasmo y arrogancia.  

sábado, 16 de octubre de 2010

El Edicto de Cambio de Nombre - Una parábola de la importancia del Auto-análisis

- Buenas tardes, Licenciado
- Pase adelante Señora, en qué le puedo servir
- Pues... La verdad es que me da un poco de pena
- No tenga pena, cuénteme que puedo hacer por usted
- Pues me quisiera cambiar el nombre
- Está bien, y cómo se llama usted
- Findurina Pérez Casajas
- Muy bien, Señora ¿y por qué quiere cambiarse el nombre?  ¿Acaso se lo pusieron mal en la partida de nacimiento? porque antes ese era un error muy común
- Nooooo, Licenciado, para nada. Así quiso siempre que yo me llamara mi santa madre que en paz descanse, igual como se llamaba mi abuela
- Entonces, ¿por qué quiere cambiarse el nombre?
- Ay Licenciado, ¿Y tengo que decirle?
- Claro, Señora.  Tiene que quedar registrado
- Bueno, pues la verdad... mmm... Lo que pasa es que yo siento que mi nombre no me permite ser exitosa.  Yo siento que cuando voy a pedir trabajo la gente se ríe y hasta me mira feo cuando me llaman: "Findurina Pérez, pase a entrevista".  Además, en los trabajos que he tenido siempre me despiden disque porque yo no me esfuerzo, pero yo siempre he creído que es porque mi nombre no les gusta
- ¿Y qué le hace pensar eso?
- No sé, pero sin duda cuando me cambie el nombre me van a ver con más respeto
- A ver, ¿y cómo quiere llamarse?
- Pues no estoy tan segura todavía.  Yo había pensado algo así como Madona Pieriz, o talvez Drew Castejón.  No sé, algo más poderoso. ¿Usted qué piensa?
- No Señora, eso lo tiene que decidir usted, yo prefiero no opinar en esos asuntos, por aquello de la ética profesional.  Entonces, dígame para preparar el edicto y hacerle la cuenta
- Dejémoslo en "Katerin Zeta Pier".  Ese nombre suena bonito.  Así seguro que me consigo un mejor trabajo y me suben de puesto pronto...

Luego el siguiente domingo aparece en el periódico oficial el siguiente edicto:
EDICTO DE CAMBIO DE NOMBRE:
"La Señora Findurina Pérez Casajas se presentó ante mí solicitando el cambio de nombre a Katerin Zeta Pier, por lo que hago pública su solicitud para los fines legales."

La nueva y estrenada Katy, como le gustaba que la llamaran, se fue a buscar trabajo.  Como cosa del destino, encontró uno más rápido de lo que esperaba.  Parecía que lo del nombre estaba funcionando.
Desafortunadamente, sólo unos meses después debido a sus irresponsabilidades, constantes descuidos, llegadas tarde, negativismo, chismes y otros cuantos defectillos, recibió una inesperada (al menos para ella) carta de despido:
"Señora Katerin Zeta Pier, luego de un análisis exhaustivo y de pedirle su colaboración sin obtener ningún buen resultado, hemos determinado que usted no tiene los requisitos que buscamos para el puesto que desempeña y la vamos a tener que dejar ir.  Por favor acérquese a Recursos Humanos donde ya le tenemos listo el cheque de liquidación a su elegante nombre."

Katy no podía creerlo.  Tal vez había escogido el nombre equivocado.

Mi doña Findu, o más bien dicho doña Katy,  más que un cambio de nombre, usted lo que necesitaba era un cambio de actitud.  Hubiera sido más provechoso que usted reflexionara en aquellas cosas por las que no encuentra un trabajo con facilidad y por las que la despiden con tanta frecuencia, en lugar de echarle la culpa al nombre que tan orgullosamente le heredó su abuela.  Si usted hubiera hecho esto, el edicto en el periódico -y el resultado más adelante- hubieran sido diferentes:

EDICTO DE CAMBIO DE ACTITUD:
"La Señora Findurina Pérez Casajas se presentó ante mí solicitando el cambio de actitud de 'mediocre, negativa, impuntual, descuidada' a 'proactiva, positiva, puntual, dedicada' por lo que hago públicas sus intenciones para el exitoso futuro de la Señora".

¡Me equivoqué! Cómo sacar la pata y salir triunfante

A quién no la ha pasado alguna vez: Que si no entregué el informe a tiempo, que se me olvidó ir a la conferencia, que no pude terminar la planificación, que dejé en casa el archivo que estuve trabajando el fin de semana, que mandé el email urgente a la persona incorrecta y nunca llegó, que se nos fue un numerito de más en el reporte o que el perro se comió el informe que tenía preparado (cosa que puede ser cierta porque mi perra en un descuido podría comerse hasta el directorio telefónico)... Y la lista se volvería interminable si cada uno de nosotros agregara una metida de pata en el trabajo en el que estamos actualmente, no digamos en los anteriores.


Equivocarse en el trabajo (o más bien cuando nos damos cuenta que nos equivocamos) es un trago amargo. Sin embargo, tenemos que aceptar que todos cometemos errores, aún aquellos que ya tienen mucha experiencia en lo que hacen. 
Otra vez, equivocarnos no es agradable, pero la mayoría de las personas tienden a tomarlo como una experiencia peor de lo que en realidad es. Pareciera que equivocarnos representa aceptar que somos malos en lo que hacemos, humillarnos y hasta poner en riesgo nuestro trabajo.  Todavía no he logrado decidir si me parece un asunto cultural o simplemente humano, pero sin duda alguna me atrevo a decir que equivocarse no representa ninguna de esas cosas si sabemos como afrontarlo.  Es más, una equivocación puede hacernos terminar en una posición mejor de la que estábamos antes de cometer el error.


Primero quiero que vean por qué equivocarse no está del todo mal.  Veamos este ejemplo:
"La Coca Cola fue creada el 5 de Mayo de 1886 por el farmacéutico estadounidense John Pemberton. La idea original era crear una fórmula que se pudiera vender como un compuesto medicinal."
Se imaginan a don John intentando hacer medicina y le salía la bendita bebida que lo menos que tenía eran propiedades medicinales.  Yo imagino que debe haber sentido frustración, enojo y otro montón de cosas más.  Imaginen que John se hubiera dado por vencido, ocultado su error y dejado todo en el olvido.  No tendríamos la Coca Cola, al menos como ahora la conocemos. 
Pero lo importante es lo que realmente cambió la vida de John y puede cambiar la nuestra.  Él vio su equivocación como una OPORTUNIDAD.
De igual forma cada uno de nosotros puede ver sus propios errores como una oportunidad de aprender y mejorar. Una oportunidad para crear cosas nuevas o cambiar nuestro punto de vista.


Quiero compartirles algunos principios que van a ayudarles a ver sus errores como algo bueno y hacer que una situación incómoda se vuelva a su favor. Este modelo también se puede aplicar a otros aspectos de su vida.
  1. 1. SI COMETISTE UN ERROR, ACÉPTALO. Si ya metimos la pata, la actitud correcta es aceptarlo.  No hay nada más antiético que equivocarse, ocultar las pruebas y pedirle a Dios que nadie se dé cuenta.  Eso sí puede dañar nuestra imagen en el trabajo y causar algún efecto tipo "bola de nieve" en el futuro. Debemos ser valientes, aceptar que nos equivocamos, y con toda humildad (no humillación) ir con la persona pertinente e indicar en qué consistió el error.  Si logramos hacer esto nos habremos convertido en personas realmente íntegras.
  2. NO PONGAS MILES DE EXCUSAS. Cuando nos equivocamos, ya sea que nosotros lo aceptemos o alguien nos obligue a aceptarlo, tendemos a dar excusas para justificar nuestro error.  Dejando de lado las situaciones donde hay una excusa realmente poderosa, todas las demás excusas no hacen más que hacernos quedar peor.  Lo mejor es que pensemos en el origen de nuestro error y reconozcamos nuestras debilidades para evitar que suceda lo mismo en el futuro. 
  3. NO MIENTAS. Quizás este punto va de la mando con los dos anteriores, pero quiero ponerlo aparte por lo importante que es.  ¿Recuerdan la historia de Juanito y el lobo?  Pues el mentir en el trabajo es equivalente a esta historia. Si una vez mientes o culpas a alguien más de un error que cometiste y se llega a descubrir (cosa que tarde o temprano pasa), vas a quedar como mentiroso, y una persona que miente no es material para un ascenso.
  4. ENMIENDA TU ERROR.  Si llegamos con nuestro jefe y le decimos: "Disculpa por mi error, no lo volveré a cometer", corremos el riesgo de que o no nos crean o volvamos a cometer el mismo error otra vez, por lo que siempre quedaremos mal.  Mi sugerencia sería que ofrezcamos una solución.  Entonces diríamos algo como esto: "Disculpa por haber puesto la cantidad equivocada en el reporte.  Ya lo corregí y te lo envié nuevamente para que lo revises." Con esto, demostramos que a pesar de que nos equivocamos, tenemos la capacidad de enmendar nuestros errores.
  5. DESARROLLA UNA ESTRATEGIA PARA NO COMETER EL MISMO ERROR DE NUEVO.  Si prometemos que no volveremos a hacer el mismo error y a los dos días lo volvemos a cometer (porque regularmente los errores vienen de nuestros puntos débiles), entonces la disculpa no tuvo sentido y perdemos la confianza que se tiene en nosotros. Debemos buscar una estrategia efectiva que se aplique a nuestra situación.  Por ejemplo:  Poner recordatorios en nuestros celulares, agendas electrónicas, calendarios o en algún lugar visible cuando tengamos una reunión para no olvidarla de nuevo. Pero quizá ustedes me dirán que la mayoría de errores son en situaciones más complicadas que la anterior.  Pues entonces si nuestro error fue no entregar un proyecto a tiempo por no darnos cuenta de la magnitud del mismo, entonces nuestra estrategia sería trabajar en un nuevo proyecto un par de horas para poder hacer un cálculo de  cuanto debemos trabajar cada día para terminarlo a tiempo. La idea es pensar en algo efectivo que nos ayude a no cometer el mismo error
  6. HAZTE AMIGO DE LA PREVENCION.  La prevención debe ser el mejor amigo de todo buen trabajador.  En cualquier situación hay riesgo de cometer errores y la mejor manera de evitar que nos pasen es por medio de la prevención. Antes de empezar una tarea, por muy sencilla que sea, piensa en las cosas que podrían salir mal y prepárate para que no sucedan.  Si tienes una reunión en la que vas a exponer tus ideas, piensa un momento en las cosas que quizás podrían pedirte que tu no hubieras incluido en tu presentación.  Quizás algún reporte, una presentación pasada, algunas estadísiticas, etc.  Si vas a enviar un correo electrónico con información confidencial, lo que podría salir mal es que lo mandes a la persona equivocada o que adjuntes el archivo incorrecto, entonces una manera de prevenir sería tener un recordatorio visual para que no olvides doble chequear el email antes de enviarlo.
  7. DESARROLLA UN OJO AUTO-CRÍTICO. Aprende a encontrar tus propios errores en lugar de esperar que alguien más lo haga.  El auto evaluarse constantemente es la mejor herramienta para mejorar nuestro desempeño.
  8. ACEPTA LAS CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS Y HASTA LAS DESTRUCTIVAS.  Si recibes retroalimentación de algún aspecto de tu trabajo, con una buena actitud repite los pasos del 1 al 7.
Ahora veamos la situación completa.  Imaginemos que cometimos un grave error y ponemos en práctica los pasos anteriores.  Primero vamos con nuestro jefe y aceptamos que cometimos un error, sin poner excusas y sin mentir.  Al mismo tiempo le hacemos saber que ya corregimos el error y le notificamos de la estrategia que utilizaremos para que no cometerlo de nuevo.  Luego nos esforzamos y ponemos en práctica nuestro plan, por lo que nos volvemos buenos en lo que éramos débiles.  Además prevenimos otros errores y nos convertimos en nuestros propios críticos, mejorando así en otros aspectos de nuestro trabajo.

Sin duda, otros lo notarán.  Ahora veamos el punto de vista del jefe... Ustedes tienen el carácter para reconocer sus errores y actuar sobre ellos.  Además pueden recibir una crítica con una actitud positiva, sin mencionar que su nivel de errores ha disminuído impresionantemente.  Yo diría que viene un ascenso o al menos un buen aumento en camino.

viernes, 15 de octubre de 2010

Por qué amo mi trabajo...

¿Quieren saber por qué amo mi trabajo? Eso es fácil...

Salgo de mi casa en la oscuridad de la noche y me topo de frente con el más bello amanecer pincelado con blancos plateados en el cielo de mi linda tierra.  ¡Un deleite! Y luego puedo llegar y comentarlo con Ber, sin que piense que estoy loca.

Si salgo un poco tarde y me he pasado sólo cinco minutos, tengo una Nandi que me llama preocupada por aquello de que se me haya arruinado el carro y no tenga saldo en el celular, o sólo para saber si estoy bien.

Antes de llegar a la oficina cuando voy temprano paso con el "Señorcito" del puesto de panes de la esquina que muy galante me dice cada vez que me ve... "Buenos días Seño, su tortilla con chile y atol que no sea arroz con leche verdad?" Todavía no he descubierto un desayuno tan bien servido, bueno y barato en ninguna parte.

Luego llego por mi oficina y veo los más lindos paisajes de árboles altos y mucha gente haciendo ejercicio. Debo confesar que me dan muchas ganas de empezar a correr, pero todavía no me he decidido.

Al entrar veo a mi alrededor y está todo tan tranquilo, así que mientras enciendo mi computadora disfruto una charla con Nandi: "¿Cómo amaneciste, qué me contás?" Qué buena forma de empezar la mañana.

Luego al poco tiempo recibo una llamada... es Majo: "¿Vas a pedir algo de comer de allá enfrente?", regularmente no pido nada, así que cuando aquella entra disfruto mucho escucharla pedir por teléfono y tratar con pinzas a Reina para que le mande el pedido rápido.

Me encanta mi champurrada de la mañana.  Quién entra a la cocina de su oficina y tiene frente a sí una cantidad de tés para escoger, azúcar de dieta y una deliciosa champurrada dietética.  Sólo alguien que tiene como jefe a Alexis.

Amo los almuerzos y las charlas entre amigas.  Qué a donde vamos a comer, que ya no compremos comida chatarra, que mejor una ensalada allá enfrente o vamos por una tortilla con carne y nos la comemos en la heladería.  El almuerzo sin duda es mi momento favorito del día.

Disfruto las sesiones de catarsis con Jeannette.  "¡Jeeeaaaannnneettteee, tienes cinco minutos, necesito hablar contigo!" Que rico es tener una amiga que te escuche y te aconseje, con la que te identifiques y en la que puedes confiar, alguien que puedes llamar tu "mejor amiga".

Y por supuesto los panitos de Alex, esos no pueden faltar.  Ese es talento desperdiciado amigo... No hay nada mejor que llegar un viernes sabiendo que al medio día un delicioso panito gourmet me estará esperando y con los extras que yo quiera.  Mmmmm... se me hace agua la boca.

Me gusta tanto el entrenamiento con los nuevos.  Ver sus aptitudes, su esfuerzo y ser parte de esa etapa tan importante.  Especialmente si se topa uno con gente tan buena como Marilyn y Carlos que tienen una actitud admirable.

Que bien encontrarme viejos amigos y poder trabajar nuevamente con ellos, como Mariandrea y Jeannette.  Y por qué voy a negar también lo bien que cae el bono de referidos cuando toca.

Quién tiene alguien listo para ayudar cuando la compu no funciona.  Todos los nuevos me preguntan, y si necesitamos quién nos ayude con problemas del internet o la compu.  Entonces yo les digo que Guido, y me preguntan cual es su extensión para llamarlo y siempre les digo lo mismo... sólo griten: "Heeeeeelp, Guido" y él llega pronto y tan servicial como siempre.

Qué alegres son los momentos de convivencia... Que si Yessica se hizo un nuevo tatuaje y lo queremos ver, que si Yeimi no quiere abrir su página de facebook, que la Maru se va a Xela, que ya vino lo que trajo Dorian, que la Majo trajo treat para todos o que Nandi va a leer un chiste que le mandaron, que vino el pedido de Avón, que hoy es día de pago, que donde toca el cuchu y tantas cosas más...

Wow, aprendo tanto cada día.  Hay tantas cosas que no sabía hacer y hago ahora, tantas habilidades que he podido desarrollar, tanto conocimiento que he podido adquirir.  Quién puede trabajar en menos de un año en Bienes Raíces, Online Media, Servicios Financieros, con Escritores y Conferencistas famosos, danto entrenamiento y otras cosas más todo al mismo tiempo!

Me fascinan los cuchubales.  Que pretexto tan bonito para juntarnos y compartir como amigos fuera de la oficina.  Creo que gastamos más en la comida que lo que nos dan cuando nos toca el cuchu, pero vale la pena. Igual me encantan las celebraciones de cumpleaños y correr por comprar la comida y el pastel tratando de ahorrar lo más posible pero que todo salga rico.  No digamos el viaje de Thanksgiving y el Convivio Navideño.

Creo que si sigo no termino nunca.  Estas son sólo unas razones por las que amo mi trabajo y que me hacen levantarme cada mañana con ganas de ir y dar lo mejor de mí misma.

Y tú... ¿Por qué amas tu trabajo?

jueves, 14 de octubre de 2010

Crónica de un despido anunciado

¿Se han topado con el típico empleado al que todos saben que van a despedir menos él mismo?


Todos en la oficina lo comentan: 
"Claro", dice Miriam la recepcionista, "Yo escuché al jefe hablando de eso por teléfono"
"No, pero yo creo que lo van a sacar por faltar tanto" pronuncia Luisito el de bodega.
"Pues a mí no me han solicitado el cheque de liquidación" dice Rocío la de Contabilidad.
"Eso no importa mi amor", dice el don juan de Ramiro, "Ese ya tiene sus días contados"
"Peor si ahora por una cosita lo van a mandar a uno a la m... chingada!", se detiene la Yolandita.
"Bueno, mejor a seguir haciendo como que trabajamos no vayamos a ser nosotros los próximos, especialmente usted Yolandita que se la pasa pintándose las uñas y hablando por teléfono con su novio" dice Mario.
"¡Ahi viene el jefe! ¡Ahi viene el jefe!" Se oyen los gritos ahogados mientras todos corren de vuelta a su escritorio. 
... Y todos piensan, ¿cuándo le irán a dar la noticia?


Que hizo que el pobre futuro desempleado no se diera cuenta de que lo iban a "dejar ir".  Hay varias razones:  la ceguera laboral (todo está claro pero no lo queremos ver), el cinismo y la incapacidad entre muchas otras cosas.  Pero nadie puede pecar de "inocente" por que siempre hay indicios de un futuro despido, al menos la mayoría de veces.


Llamemos al futuro desempleado "Jonás". Nuestro amigo Jonás cometió el error de la conformidad y la mediocridad. 
Jonás llegó muy ilusionado a trabajar. Al inicio todo estaba bien.  Aprendió rápido, mostró un gran avance, pero al llegar a su zona de "confort" creyó que había dado lo suficiente.  De pronto sintió que la compañía no podría vivir sin su buen trabajo e inteligencia y decidió hacer lo que le diera la gana y como le saliera. 
Bueno, no pasó nada... un par de llamadas de atención y luego de volver un poco al camino del bien, volvió a su rutina de mediocridad.  El jefe le hizo ver su actitud y le aconsejó que regresara a ser el empleado dedicado y responsable que era antes.  Jonás no quiso escucharlo.  Siguió siendo el mismo porque así era él... cuando de repente frente a la mirada de todos (Miriam, Luisito, Rocío, Ramiro, Yolandita, Mario y el resto de empleados) Jonás sale de la oficina con una caja llena de marcos de fotos, una planta y varios papeles, y con la mirada baja y triste.


Jonás nos enseña mucho.  No demos por sentado que somos indispensables.  Una buena amiga mía me dijo que su papá le recalcaba mucho que cuidara su trabajo, porque "siempre hay alguien que va a estar dispuesto a hacer el doble de lo que tú haces por la mitad de tu sueldo".  Sabias palabras.  La crisis económica es cada vez más notoria y encontrar trabajo no es lo más fácil del mundo.


Si nos sentimos como Jonás, es hora de reflexionar... ¿Estoy haciendo un buen trabajo? ¿Me siento orgulloso y satisfecho con lo que estoy dando de mí mismo? ¿Ya llegué a acomodarme tanto que hago mis tareas mecánicamente y sin encontrarles el gusto? ¿Estoy teniendo una actitud negativa y mediocre? Si es así, es hora de sopesar las cosas y valorar nuestro trabajo.


Busquemos formas creativas de mejorar nuestras labores diarias.  Se puede.  Hasta el más pequeño cambio es benéfico.  Ofrezcamos nuevas ideas, busquemos otras maneras de hacer las cosas obteniendo el mismo o mejor resultado, veamos la forma de entregar más de lo que se nos pide, ofrezcamos nuestra ayuda para nuevos proyectos... Hay tantas cosas que podemos hacer si sólo dejamos la actitud conformista y empezamos a encontrar formas de hacer nuestro trabajo más interesante y no tan rutinario.


Epitafio a Jonás... Esperamos que hayas aprendido la lección.  A pesar de que eras un buen muchacho y se te extraña por tus buenos chistes y ocurrencias, desafortunadamente no diste lo suficiente, ni llegaste tan alto como tu potencial lo pronosticaba.  En un par de años tu nombre será olvidado, pero tu actitud será recordada por mucho tiempo como ejemplo para los empleados que empiezan a seguir tus pasos.  Descansa en paz... (hasta que encuentres un nuevo empleo y lo cuides)



Y ahora los declaro Empleo y Empleado...

Cierto día después de una jornada de trabajo duro y agotador llegué a casa y me tiré al sillón de mi sala. ¿Por qué es tan difícil a veces?  Luego me quedé dormida y tuve el sueño más extraño.  
No recuerdo todo lo que pasó en mi sueño pero sí recuerdo que estaba en una iglesia de columnas enormes y un techo alto.  De repente estoy parada frente al altar, vestida de blanco, con unas diez libras menos y al lado mío había alguien a quien no recuerdo... cuando en ese momento escucho las palabras: ¨Y ahora los declaro Empleo y Empleada¨  


En ese momento salté del sillón y traté de comprender la razón por la que mi mente aun de forma inconsciente podía sugerirme que yo, la ¨Empleada¨ me iba a casar con mi ¨Empleo¨.  ¿Acaso me estaba volviendo loca?  Pero sólo me bastó unos minutos comprender que mi mente estaba más cuerda de lo que yo pensaba.
Por supuesto, nunca lo había pensado así, pero es cierto: el trabajo es como el noviazgo o el matrimonio... es como el amor.  A ver si concuerdan conmigo.


Está la etapa de la BUSQUEDA. Esa ilusión de que queremos encontrar un empleo que nos guste, y soñamos con el ambiente ideal y con los mejores compañeros de trabajo, el mejor jefe y el sueldo más elevado... ¡Qué felices vamos a ser cuando lo encontremos! (¿Les suena familiar? Entonces sigan leyendo)


Luego viene la etapa de LA CONQUISTA. Al fin después de una búsqueda exhaustiva y de eliminar varias opciones (que no me gusta el sueldo, que no quiero contestar teléfonos, que no me gusta la ubicación, etc.) llegamos a reducir nuestras opciones y entonces declaramos nuestras intenciones, o en otras palabras, aplicamos para la plaza.


Entonces viene el RECHAZO. No muchos de nosotros hemos corrido con la suerte de ser aceptados a la primera.  A veces pasamos horas al lado del teléfono, entramos a nuestro correo electrónico cada diez minutos esperando una respuesta, pero nada... Duele, no hay duda.  Empezamos a perder la fe, ¿será que nadie me querrá?  ¿Me quedaré desempleado para toda mi vida?


Cuando al fin... NOS DICEN QUE SÍ. Que felicidad recibir la llamada esperada... "¿ Puede presentarse el día lunes para comenzar a trabajar?" A veces hasta nos hacemos los difíciles... "Permítame, voy a revisar mi agenda... a sí, creo que no hay problema. ¿A qué hora llego?" Pero por dentro estamos que damos saltos de alegría y casi se nos salen algunas lágrimas.


Entonces empieza la etapa del ENAMORAMIENTO. Hay pero que bonita la oficina, vieras que lindo mi pequeño cubículo. Qué amables mis compañeros de trabajo, en especial mi vecina de escritorio que es súper conversadora, y mi jefe es tan comprensivo.  Y no se diga de mi trabajo, tan fácil y tan interesante... ¡Que suerte tengo! No hay trabajo mejor que este.


Luego pasa el tiempo y empieza la REALIDAD.  Ay, pero que oficina tan mal pintada y fea, este micro cubículo ya me tiene con claustrofobia.  Mis compañeros de trabajo son unos hipócritas y está la vecina que no se calla ni un momento y no me puedo concentrar... y mi jefe, qué se cree! Pero lo peor es el trabajo que me toca hacer, lo mismo de siempre y no hay nada nuevo... Uff, ya quiero irme, pero necesito la experiencia o el dinero.


Y como en cualquier relación, algunos resisten las pruebas y logran encontrar una forma de salir adelante y mejorar, y otros solamente se van y dan por terminada dicha relación.  


Esto me hizo pensar... ¿Si hay consejeros matrimoniales, por qué no hay consejeros LABORALES? Todos en algún punto de nuestra relación con nuestro empleo y todo lo que eso implica, necesitamos herramientas y consejos que nos ayuden a salir de la monotonía, resolver los conflictos, mejorar nuestras relaciones, añadirle un poco de creatividad a las labores diarias y hasta quién nos diga en lo que estamos fallando y como mejorar.


Si se sienten identificados con este sentimiento, y no me refiero a que no nos guste nuestro empleo por completo, pero sí que hay áreas que podrían mejorar o metas que no han podido alcanzar, entonces están leyendo el blog indicado.


Aquí encontrarán ese "CONSEJO" que muchas veces necesitamos y también sugerencias y herramientas para que ustedes y sus empleos sean "Felices hasta que la disolución del contrato los separe".  Por favor compartan este blog con sus conocidos que quieren llegar a ser mejores empleados y tienen metas elevadas.


Incluyan también sus preguntas y situaciones que los están afectando o preocupando en su empleo y aún aquellas cosas que les han servido para sentirse satisfechos y felices.  


Entonces nos vemos pronto y... ¡Felices nupcias laborales!